Distrito 14 | Foro Los Juegos del Hambre
¿Quieres reaccionar a este mensaje? Regístrate en el foro con unos pocos clics o inicia sesión para continuar.


Foro de discusión sobre la trilogía de Suzanne Collins Los Juegos del Hambre
 
ÍndiceÍndice  BlogBlog  GaleríaGalería  Últimas imágenesÚltimas imágenes  BuscarBuscar  RegistrarseRegistrarse  ConectarseConectarse  


Bienvenidos al primer foro en español de la saga Los Juegos del Hambre, escrita por Suzanne Collins. En este foro encontrareis todo lo que necesiteis sobre la saga, su escritora y sus personajes, asi como juegos y concursos de todo tipo.
Temas similares


Administradoras: RustyPrincess  y Liquirizia Licorice
Moderadores: Lady Buttercup, Leah, MK Ultra, Poison Noise y Sinsajo.12
Diseño: RustyPrincess
Fecha de Creación: 13 de enero de 2010
MIEMBROS: + 500
URL: www.juegosdelhambre.foroes.org



"Me rindo, preciosa. Limítate a responder las preguntas e intenta que el público no vea lo mucho que lo desprecias."
Haymitch (LJDH)
Photobucket
Photobucket


MusicPlaylist
Music Playlist at MixPod.com




AFILIADOS


    

 

 23º Juegos del Hambre (part. 2)

Ir abajo 
AutorMensaje
TamashiTotoro
Llegas al Capitolio
TamashiTotoro


Mensajes : 28
Fecha de inscripción : 08/04/2012
Edad : 25
Localización : Andalucía, España

23º Juegos del Hambre (part. 2) Empty
MensajeTema: 23º Juegos del Hambre (part. 2)   23º Juegos del Hambre (part. 2) EmptyJue Abr 26, 2012 9:08 am

Una lujosa limusina color azabache nos lleva a la estación de tren. En el coche vamos dos agentes de la paz, Minnie, el conductor que va uniformado como los agentes de la paz, Danna y yo.
Miro el tren, es igual que diez limusinas como la montada en anteriores instantes. Es de color mármol, un blanco sucio que no llega a la tonalidad grisácea, tiene múltiples de ventanas y cinco puertas diferentes para poder entrar. Sus ruedas son pequeñas y un tanto gastadas pero aún en funcionamiento para poder seguir el raíl.
-Este tren va a una velocidad de trescientos veinte kilómetros por hora… no creo que alguien pueda sobrevivir si llegase a tirarse, ¿entramos? Vuestra mentora os espera –se gira hacia nosotros- no la juzguéis por su apariencia, es buena persona.
Aquello me atemoriza un poco, pero subo al tren. El vagón en el que nos encontramos es básicamente un pasillo. Por el lado izquierdo puedes acceder a la sala de control, en la cual se encuentra el conductor. En el lado derecho hay una sala compuesta por dos mesas con dos sillones en cada pared encerrados por cada una de las mesas.
-¿Dónde vamos? –pregunta Danna por mí.
-Al comedor, estaréis hambrientos ¿no? –le responde Minnie con su habitual sonrisa.
Llegamos al comedor. Creo que es el vagón más espacioso de todo el tren ya que tiene múltiples mesas y en cada lateral un montón de comida.
-Buffet libre- nos avisa Minnie.
Ahora es cuando noto el hambre, me lanzo a coger un trozo de ternera y otro de pollo, una ensalada,… quiero probar todo, pero no creo que me quepa. Entonces, cuando me siento en mi sitio y me llevo la primera pieza de carne a la boca es cuando entra una señora esquelética, de pelo chamuscado y mirada perdida.
-¡Hola queridos! ¿Qué suerte que valláis a morir en los juegos no? –se ríe
Nos quedamos mudos, no sabemos qué decir así que esperamos a que ella ocupe mesa con nosotros, pero no lo hace.
-No me quiero pegar a vosotros a ver si se me pegan vuestros gérmenes- y vuelve a reírse, esta vez a carcajada limpia- ¿os he dicho que vais a morir? ¿y que yo no puedo evitarlo? ¿Y qué me he enchufado un poquitín de morfina? ¿Sabéis dónde la escondo? No os lo puedo decir, la pelo casco me la quitaría- esta vez cae al suelo de la risa y se atraganta con algo invisible.
Creo que se refería a Minnie cuando decía la pelo casco ya que se siente ofendida. Danna también parece estarlo ya que se va y me deja solo con esa panda de psicópatas… pobre Minnie ¿cómo ha podido aguantar a tal mujer?
-Ah, me llamo Bones, James Bones –no para de reírse- no, es broma me llamo Sophia ¿Qué rima con Sophia? Arpía –se ha tropezado en su propia carcajada- ¿crees que soy una arpía Minnie?
-Sí, no hay palabra que mejor te describa
Pensaba que iba a decir que no, pero Sophia no se ha ofendido. Minnie ha cambiadod e personalidad, está enfadada, así que me voy y me reúno con Danna en una habitación.
-¿Qué ha pasado ahí dentro- pregunta Danna, sin siquiera mirarme a la cara
-Minnie se ha enfadado… por cierto, se llama Arp… ¡Sophia!
Danna no me ha escuchado, está mirando la ventana con tristeza, con angustia y con pesar.
-¿Te parece justo? –me pregunta- ¿Te parece justo que nos maten por entretenimiento? No es normal Luca… vamos a morir, o por lo menos yo sí, creo que tú te mereces la…
-¿Y eso? –pregunto con picardía- ¿por ser menor que tú? Ni en sueño Danna, ¿para qué voy a volver a mi casa? ¡Mi hermano me ha traicionado! Mi padre le dijo que si me tocaba ser tributo, él se presentaría voluntario, me lo prometió a mí también…
Siento los cálidos brazos de Danna. Sonrío, no puedo evitarlo, y a la vez me sonrojo pero… no lo había pensado… ¿y si quedamos nosotros dos solos? Me suicidaría para que ella ganase, sería lo justo, ella me ha dado una oportunidad de ganar enseñándome a manejar los cuchillos, que los controlo mejor que ella… tengo más puntería, aunque con el arco… soy penoso.
-Danna, voy a ver qué tal les va a ellos dos, ¿me acompañas?
-Lo siento, pero estoy cansada, tengo los ojos rojos de no haber dormido anoche… estaba tan nerviosa… no puedo creerme todavía que estés aquí conmigo –bromeó.
Minnie y Sophia no están gritando como esperaba. No se escuchaba nada, y creo que aquello es más preocupante. Entro en el comedor y me encuentro a Minnie, está llorando aunque el maquillaje no se ha corrido. Parece ser que el Capitolio el maquillaje es del bueno.
-¿Dónde está Sophia? – le pregunto
-Esta en la habitación que hemos visto antes, ¿recuerdas? La que justo está al lado –dijo, parecía que se estaba metiendo conmigo ya que me hablaba como si no entendiese.
Me choco con Sophia cuando voy a cruzar la puerta. Me ignora por completo, y se va por la otra puerta. No puedo evitar seguirla, pasamos por múltiples salas: el comedor, réplicas exactas a la habitación en la que estaba Sophia, dormitorios y cuartos de baño. Al final llegamos a la parte trasera del tren.
-¿Sabes que si te tiras rebotas y vuelves aquí? Lo hacen para que no te mates así que ya sabes… ¿te tiras conmigo? –tras proponerme tal locura empieza a reírse una vez más.
-No gracias, no me fio mucho –le digo con total sinceridad
-Venga ya, no seas tan conbarde ¿vale? –dice entre risas
Me agarra del brazo y salta llevándome encima de ella. No rebotamos, no pasa nada, pero sí veo la sonrisa de Sophia.
-Luca, te estoy haciendo un favor –dice antes de estrellarse contra el suelo.
Cuando el golpe cesa me duele la cara, pero me he salvado porque he caído encima de Sophia. La miro, su cara esta roja, sus ojos están blancos y su piel se vuelve pálida a segundos. Suelto el cadáver con miedo, luego me toco la cara… está sangrando.
No aguanto mucho el dolor y poco después me desmallo. Cuando despierto estoy en un hospital, vivo, me toco la cara y ya no sangra. Conmigo está Danna y Minnie, aunque se pueden ver los rastros de lágrimas de la segunda.
-Luca… -dice Danna- ¿quieres saber lo que te ha ocurrido o prefieres que te lo cuente el médico?
-Adelante, prefiero que me lo digas tú –respondo, temeroso.
-Parece ser que, cuando caíste sobre Sophia tu cara llegó a tocar el suelo, y la velocidad con la que caías te provocó… en resume: tienes media cara quemada y te han tenido que sacar piedras incrustadas en el interior de la piel… tienes la cara dormida… el dolor no ha acabado.
Lo ha dicho con demasiada naturalidad así que no me lo creo. Me miro a un espejo… parece ser que sí, me he quemado media cara y me Minnie me enseña unas piedras mojadas. Todo me repugna en este instante.
-¿He… hemos llegado al Capitolio? –preguntó, con la voz temblorosa, intentando contener las lágrimas que me llevan amargando todo el viaje.
-Sí, estamos en el Capitolio… tuvimos que acelerar el viaje, porque si no te desangrabas… Sophia no ha tenido tanta suerte como tú.
Recuerdo a Sophia muriendo en mis brazos, sus ojos blancos, su cara sangrienta. ¿Por qué la vida nos trata así? ¿Por qué el Capitolio nos hace esto? Me duele, no siento nada de mi cuerpo, solo la tristeza, el espanto y el miedo que acumulo dentro.
-¡Se murió en mis brazos! –gritó con lágrimas en los ojos- ¡parecéis imbéciles, no hacéis nada por evitar esto!
-Relájate –me pide Minnie
Pierdo el control, me lanzo a ella y le pegó un puñetazo, los médicos me separan de ella. Minnie sale corriendo de la sala, y no puedo evitar dormirme, el cansancio puede conmigo, la locura también.
Me dan el alta en poco tiempo. Nada más llegar al edificio en el que nos hospedamos llega un hombre extraña y me pide que me disfrace de manzana. ¿Pero qué? Ah, ya recuerdo, para que la gente conozca a sus tributos celebramos una cabalgata en la cual los doce distritos se disfrazan de lo que estos aportan al Capitolio… manzana, agricultura… tanto que ver.
-Yo no me pongo esto –le digo
El hombre me mira extrañado. Tiene pelo largo y castaño, un pendiente en la oreja derecha y está maquillado de rosa… algo falla.
-¿Qué? –pregunto- es feo, y me da vergüenza ajena…
El hombre me obliga a ponérmelo. Me lo pongo porque no tengo ganas de hacerle daño, porque si llegase a irse… no tendría oportunidad de ganarme a los patrocinadores.
Cuando salimos en la carroza descubro que Danna va vestida de melocotón, creo que es más bonito que el mío de manzana. Los demás llevan trajes más feos que el mío, creo que soy el más llamativo de aquí ya que unas lucecitas están empezando a brillar en mi traje y suena una melodía.
En mitad del trayecto oigo gritos, parece ser que la carroza de los del distrito cinco se ha incendiado, y les va a resultar imposible apagarlo. Me río. No van a ganar patrocinadores por más que lo deseen.
La cabalgata es cancelada, lógico, con el cuidado y lo vigiladas que tienen las carrozas… en cualquier momento otro tributo podría apuñalarme.
Cuando llego a mi cuarto, me encuentro con mi hermano, Tanir, organizándome las cosas de mi cuarto, con una bandeja en la mano. Me enseña su legua, está cortada.
-¿Un avox? ¿Pero cómo?
Tanir no puede hablar, sólo asiente y me pide que me calle, podrían matarle por mi culpa. Lloro, no puedo evitarlo… pero, lo único que se me ocurre decir es:
-Lo tenías bien merecido.
Tanir se va, y yo me derrumbo a llorar, mi hermano avox… ¿qué habrá hecho? Ahora tiene que servir al Capitolio, era la última noticia que quería recibir.
Me siento en mi cuarto, cansado, y es entonces cuando una mujer entra a mi cuarto. Todavía me duele, así que me dedico a responder con respuestas cortas, llenas de un dolor oculto.
-Soy tu nueva mentora, Maia Whitelight… encantada
-Hola- contesto, con la voz apagada.
-Mañana empiezas el entrenamiento, y dos días después son las pruebas solos, os pondrán puntos… hazlo bien, tu sabes lanzar cuchillos me ha contado Danna… no los enseñes en las prácticas, guárdatelos para la privada.
-Entendido…
Pasan los días y empiezo a entrenar las trampas. Son demasiado difíciles de hacer, así que me paso al camuflaje… me ha encantado, se me da bastante bien y creo que lo voy a necesitar.
He observado a los tributos: Pandora Greatblood, David Darknight, Violet Gatewater, Brandom Happyday, Nina y Marc Applerose, Marilyn Tables, Jake Jeep, Jenni UandI, Jhon Bones, Koral Waterblue, Charles Templesmith, Alexander y Alexandra Rubbishgum, Star Starvin, Lauren, Kira Mirage, Jacob Moonlight, Hannah Evans, Aaron Monserrat, Maka Flowerpower y Snake Uglystrange.
La mayoría son sanguinarios, extraños o rositas. No me caen bien, sólo me junto con Danna ya que hemos planeado hacer una alianza en los juegos.
Hoy es el día de la sesión en privado, tengo que hacerlo lo mejor posible pero hoy tengo ganas de vomitar, los ojos rojos y me duele la pierna del golpe que me di en uno de los entrenamientos.
Cuando llego a la sala cojo los cuchillos. Los lanzo a cada una de las dianas que marcaban, todas bien. Noto que no me miraban, pero no me molesto, cuando me llegue la hora de irme me iría.
Me han dan ganas de vomitar, y no puedo evitarlo. Seneca me mira, furioso, pero aparto la vista de él. Lanzo un cuchillo, pero la vista se me nubla así que ataco a un punto concreto en la pared: una mosca. La gente aplaude, pero yo me caigo de sueño y me desplomo ante ellos.
Por la noche las puntuaciones, la mayores han sido las de Pandora, Star y Snake, los tres tienen un doce. Danna tiene un ocho, y yo un uno para cero. Me rio sin saber porqué, Maia me mira mal y Minnie se pone a llorar una vez más… le recuerdo a Sophia.
Mañana empezamos los juegos, no estoy nervioso, pero la gente no deja de atacarme a preguntas… recuerdo haber sido entrevistado por Caesar, pero creo que estaba en uno de mis ataques de ira… sin patrocinadores y mañana empiezan… adiós mundo.
Cojo una cuerda y me la rodeo por el cuello, con intención de suicidarme. Recito una dulce canción, pero Maia me para, me quita la soga y empieza a vaciar mi habitación, hasta dejarme con una cama para dormir.
-Olvídate del suicidio, sería peor que morir en los juegos.

Volver arriba Ir abajo
 
23º Juegos del Hambre (part. 2)
Volver arriba 
Página 1 de 1.
 Temas similares
-
» 23º Juegos del Hambre
» Los Juegos del Hambre
» Los 150 juegos del hambre

Permisos de este foro:No puedes responder a temas en este foro.
Distrito 14 | Foro Los Juegos del Hambre :: La Arena :: El cuaderno de Madge-
Cambiar a: